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Perder grasa

La pérdida de grasa revisitada: más allá del “menos kilos”

Cuando hablamos de perder grasa, muchas veces la conversación se queda en “perder peso” o “ver menos número en la báscula”. Pero la ciencia más reciente nos está diciendo que la reducción de grasa corporal, la composición corporal y los efectos metabólicos tienen que ser el centro de la estrategia —no solo la báscula. Aquí te explico por qué, qué dicen los últimos estudios y cómo puedes aplicar esto de forma distinta.

1. ¿Por qué la báscula es un instrumento limitado?

La tradicional métrica del Índice de Masa Corporal (IMC) y del “peso total” está quedándose corta como indicador de éxito real. Un artículo reciente subraya que en muchos países desarrollados la dieta tiene un papel mucho más relevante que la mera inactividad física en la emergencia de la obesidad.

Además, los científicos abogan por redefinir la “obesidad” más allá del IMC, incorporando medidas como la circunferencia de la cintura, proporciones cintura‑altura, o grasa visceral. Esto importa porque en última instancia lo que estás buscando es mejorar la salud metabólica, la inflamación, la composición muscular/adiposa… no solo “menos kilos”.

2. Datos frescos que cambian el paradigma

a) Dieta saludable: beneficios aunque no pierdas peso
Un estudio del Harvard T.H. Chan School of Public Health con participantes que adoptaron dietas saludables encontró que cerca de un tercio de las personas no perdió peso, pero aun así mejoraron marcadores cardiometabólicos: más HDL (“colesterol bueno”), menos leptina, menos grasa visceral.
→ Esto plantea que “éxito” puede significar mejorar salud metabólica aunque la báscula se quede sin cambios visibles.

b) El ejercicio aeróbico: datos sobre dosis‑respuesta
Una meta‑análisis con más de 6.800 adultos comprobó que cada 30 minutos semanales de ejercicio aeróbico se relacionaron con una reducción de‑0,52 kg de peso,‑0,56 cm de cintura y‑0,37 % de grasa corporal. Pero lo más interesante: se observa que 150 minutos/semana o más de ejercicio moderado‑vigoroso parecen necesarios para efectos clínicamente importantes.
→ Esto refuerza que entrenar “lo mínimo” no basta si buscamos reducción real de grasa.

c) Ayuno intermitente: no milagro, efectividad variable
Una revisión reciente examinó múltiples modalidades de ayuno intermitente (TI, 5:2, alterno…) y concluye que no hay evidencia concluyente de que sea superior a una restricción calórica continua, y además existen incógnitas sobre cuál modalidad es “mejor” o más segura.

d) Medicamentos y nuevos enfoques: un contexto que también influye
Aunque nuestro enfoque es estilo de vida, no se puede ignorar que la industria de medicamentos para la obesidad está en auge: se espera que 2025 sea clave en este mercado.
Estos avances nos obligan a replantear cómo definimos “éxito” en la pérdida de grasa: no solo cuánto peso pierdes, sino cómo cambia tu metabolismo, tu tejido adiposo, tu salud.

3. ¿Entonces qué significa “perder grasa” de forma inteligente?

Aquí algunos principios orientativos, diferentes al “entrenar fuerte y comer menos” genérico:

  • Define metas de composición corporal, no solo peso. Por ejemplo: reducir porcentaje de grasa, disminuir circunferencia abdominal, mejorar fuerza o musculatura.
  • Enfócate en salud metabólica: mejorar insulina, lípidos, inflamación visceral… Porque incluso sin gran pérdida de peso, mejoras pueden ocurrir.
  • El ejercicio cuentaprincipios: al menos 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico moderado‑vigoroso muestran beneficios. Más (por ejemplo 300 minutos) puede generar aún mayores reducciones en cintura o grasa corporal.
  • La calidad de la dieta importa mucho: adoptar una alimentación saludable (aunque no produzca gran pérdida de peso) mejora tu perfil metabólico.
  • Evita depender solo del peso de la báscula: observa medidas de grasa visceral, músculo, forma corporal, etc.
  • Ten en cuenta que hacer “menos” no es suficiente: el mínimo ejercicio o “comer un poco menos” seguirá funcionando moderadamente pero quizá no logre los efectos que actualmente se identifican como clínicamente relevantes.

4. Cómo incorporar esto usando un enfoque práctico

Aquí te propongo un plan de acción sencillo para un mes (y luego adaptarlo):

  1. Evaluación inicial
    • Mide tu circunferencia de cintura, porcentaje estimado de grasa (si tienes posibilidad), nivel de actividad, hábitos alimenticios.
    • Define dos o tres metas de composición/metabólicas: e.g., “reducir 2 cm de cintura”, “mejorar mi energía para entrenar”, “disminuir recetas ultra‑procesadas”.
  2. Dieta de calidad
    • Prioriza alimentos poco procesados, vegetales, proteína de calidad, grasas saludables, hidratos integrales.
    • No obsesionarte con “menos calorías” sino con calidad. Eso sí, tienes que estar en ligera restricción si tu meta es perder grasa.
    • Evita alimentos ultra‑procesados: un reciente estudio halló que consumir principalmente ultra‑procesados generó aumento de grasa corporal incluso con ingesta controlada.
  3. Ejercicio estructurado
    • Reserva al menos 150 minutos/semana de ejercicio aeróbico moderado (e.g., caminar rápido, bici, natación) + 2 sesiones de fuerza (resistencia) para preservar músculo.
    • Progresivamente aumenta hacia 300 minutos/semana si el cuerpo lo permite, para un efecto mayor en grasa corporal.
    • Si es posible, cuenta con apoyo de entrenamiento personalizado o considera un servicio de entrenamiento personal online para guía, supervisión y ajuste.
  4. Monitoreo y ajuste
    • Cada 2‑4 semanas revisa cintura, sensaciones, fuerza, energía. No te frustres si la báscula no baja tan rápido —obsérvate con fotos, medidas, nivel de ropa.
    • Ajusta dieta o ejercicio según progreso: si no ves cambios de composición, quizá necesites aumentar la intensidad o mejorar calidad de la dieta.
  5. Mentalidad de largo plazo
    • Cambios críticos: hábitos diarios, no solo “30 días y listo”.
    • Entiende que la pérdida de grasa es un proceso, no un sprint.
    • Celebra mejoras metabólicas aunque “la báscula se estanque”.

5. ¿Por qué este enfoque es diferente?

  • Porque pone la salud metabólica y la composición corporal al frente, no solo “menos kilos”.
  • Porque incorpora los últimos hallazgos científicos: dieta de calidad tiene efectos aunque no haya gran pérdida de peso; ejercicio con dosis «mínima efectiva» pero también posibilidad de ampliarse; la alerta sobre los ultra‑procesados.
  • Porque se adapta al contexto actual: vivimos en una era donde la definición de “obesidad” y “exceso de grasa” está bajo revisión y donde el enfoque tradicional puede quedarse corto.
  • Porque sugiere combinar nutrición, ejercicio y mentalidad, y no depender solo de una de las piezas.

6. Mensaje final

Perder grasa ya no es solo cuestión de “menos comida + más cardio”. Los datos nos indican que la calidad de lo que comes, el tipo y cantidad de actividad, y la medición adecuada de composición corporal importan tanto o más. Si adoptas un enfoque integral y adaptado, tienes muchas más posibilidades de lograr una reducción de grasa sostenible, mejorar tu salud metabólica y disfrutar de resultados reales.

Si te interesa, podemos desarrollar juntos un plan detallado de 12 semanas, con plantilla de dieta, rutina de ejercicio, seguimiento y métricas de composición corporal. Y si te parece bien, desde Shanotei podemos ofrecer entrenamiento personalizado online o asesoría adaptada.

¿Te gustaría que lo hiciéramos?

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